Petra, Alfred, hacednos una valoración de lo visto en la Kursaal Green Gela.
Las secciones constructivas "en vivo" a escala 1:1 nos parece ideal para que todo tipo de público (alumnos, estudiantes, constructores, técnicos, los habitantes en general…) pueda entender estas soluciones. Es muy comunicativo y "sensorial" - y es evidente que se puede ampliar más, sobre todo los "ejemplos de laboratorio"(medir el aislamiento térmico y acústico etc.). Sería genial tener más datos técnicos de cada solución (por ejemplo: el factor "U", acumulación térmica, higroscopicidad etc.). Nos gustaría tener más ejemplos puros de bioconstrucción.
Uno de los aspectos por lo que se creó el aula es poder hacer hincapié en la Biología de la Construcción.
¿Cómo veis este sector en España?
Evidentemente este sector en España está creciendo y no puede ser de otra manera. Todavía significa un porcentaje pequeño de la construcción en general pero confiamos que con una buena divulgación y formación adecuada la información fluya y la población tome conciencia de este tema tan vital - hasta que la Biología del Hábitat sea una parte inseparable de todo el sector de la construcción.
Cómo surge la Baubiologie
Surgió en Alemania en los años 60 con el médico Hubert Palm que habló de la "Construcción Ecológica" y escribió el libro "La casa saludable". Nació a partir de una profunda preocupación por diversas enfermedades que surgieron vinculadas con los nuevos materiales de construcción y las influencias de radiaciones diversas. En los años 70 se estipuló el nombre de la "Baubiologie" y se fundó el IBN que desde entonces y hasta hoy ha estudiado estas influencias, permitiendo que se fundara en España uno de sus institutos “hijos”, el IEB, constituido hace ya 6 años.
¿Qué pasos se dieron para introducirla en España?.
El primer paso fue abrir el estudio de arquitectura de Petra Jebens en 1992, que ofreció proyectos de Bioconstrucción en conjunto con la Asesoría de Bioconstrucción IBN. Con el tiempo se vieron los resultados de casas ejemplares y nos invitaron por toda España para dar conferencias sobre el tema. Allí cada vez más gente interesada se acercaba para preguntar por una formación sólida y profunda en Bioconstrucción. Por eso se tradujo el Curso a Distancia Alemán para poder ofrecer este aprendizaje también en España.
¿Creéis que se está tomando conciencia de estos conceptos en el sector de la construcción actualmente?. En general en la sociedad española se está tomando conciencia muy lentamente. Hay constructores de obras pequeñas y medianas que están en este camino y a estos tenemos que apoyar y formar. En obras grandes, donde cuenta únicamente “lo barato y la apariencia” es muy difícil introducir el concepto en su totalidad, porque no hay normas en condiciones y tampoco el personal para realizarlo. Incluso encontramos un gran rechazo por parte de la administración, suponemos que por desconocimiento. El trabajo principal es formar todo tipo de técnicos y administrativos para un futuro mejor. El master de IEB es actualmente la mejor referencia en España en Bioconstrucción. Contadnos el proceso de cómo se ha confeccionado todo y qué futuro veis en este tipo de formación. Hemos adaptado el máster a la situación española, también a nivel social. Es un curso online que se puede efectuar desde casa, pero está a la vez muy personalizado, con un tutor para cada edición y con dos ediciones al año. De esta manera se trabaja en grupos, intercambiando sus impresiones y dudas en chats y foros y se cuenta con un gran apoyo entre estudiantes y tutores implicados. Evidentemente vemos un gran futuro en este tipo de formación. Un ejemplo de cómo un máster puede cambiar todo un concepto hasta el punto de redirigir la actividad empresarial hacia la Baubiologie lo tenemos en Mikel Arquitecto que realizó el Master del IEB y tras acabarlo cambió su concepto.
¿Qué viste en ello que te hizo pensar así?. Conocer la bioconstrucción me hizo replantearme mi trayectoria profesional. En mi caso, este primer contacto lo tuve en la Escuela de Bioconstrucción de Argiñariz (Navarra), donde realicé un curso introductorio. Esta experiencia fue todo un shock, al ver que no sólo había "otra" manera de construir, sino que además era posible... ¡e incluso existía en la realidad! Una manera de construir, tratar los espacios, manejar los materiales o propiciar unos entornos para las personas acordes con el respeto al medio ambiente y fuera de la lógica del "máximo beneficio a corto plazo", a la vez que respetando la salud de las personas, como si todo estuviese relacionado (que lo está, por ello es holístico).Posteriormente, busqué (y encontré) en el Máster de Bioconstrucción del IEB una formación completa en Bioconstrucción, algo absolutamente necesario para poder realizar un trabajo de calidad. Y es que no basta con la motivación y el entusiasmo, hay que tener una base sólida para no caer en las prácticas convencionales, tan fáciles y "tentadoras" y poder llevar a la práctica realmente lo que ofrecemos. Viendo las 25 reglas básicas de la bioconstrucción que plantea el IEB parece esto casi una utopía.
¿Es posible alcanzar este objetivo?.
Naturalmente, es posible y el mundo está lleno de ejemplos, de hecho, hasta bien entrado el S. XX, la práctica habitual era la bioconstrucción. Seguramente, en el futuro no habrá otra opción, a tenor de las previsiones de suministro energético a medio y largo plazo.Sin embargo, no me preocuparía tanto de cumplir las 25 reglas, sino de dar pasos hacia ello y superar las prácticas de construcción convencionales tan insanas y depredadoras del medio. Cualquier pequeño paso que suponga un ejemplo y un cambio de hábito y de tendencia es valioso, aunque tenga que coexistir con repetición de esquemas inadecuados.Por otro lado, y sin quitar importancia a la práctica de la bioconstrucción, siempre es necesario valorar y sopesar las decisiones; el facto económico, los ritmos de obra, las características del mercado, los condicionantes legales... son otros factores que influyen y condicionan miles de pequeños detalles; aunque no nos gusten, están ahí y hay que colocarlos en la balanza. A veces nos obligan a renunciar a alguna "de las 25", pero también trabajamos para poner esos factores de nuestro lado en un futuro no lejano. Uno de los enfoques de Kursaal Green es ver cómo afecta un edificio a la salud de las personas que lo habitan.
¿Crees María que hay conciencia en el sentido inverso, es decir, que los que habitamos en una vivienda somos conscientes que la salud del edificio afecta a la nuestra propia?
Creo que hay una conciencia o más bien un saber popular de que determinados aspectos de nuestra vida cotidiana afectan a la salud, sin embargo, como generalmente no sufrimos de manera directa e inmediata su efecto, no nos sentimos mal inmediatamente por estar en una zona afestada por hongos, por tener el wifi encendido 24 h., o por el contacto directo de disruptores endocrinos en cosmética diaria, esa conciencia se relativiza. Además, generalmente, la gran mayoría de los productos o dispositivos que pueden generar sintomatología adversa a corto, medio y largo plazo, cumplen con las normativas y directrices vigentes, lo que hace que se relativice significativamente entre la población en general. Además, somos muy reacios en general a que el esfuerzo invertido en habitar y decorar una vivienda sea cuestionado por una mala decisión en la elección de una pintura, un material o un producto concreto, como si fuera una invasión de la intimidad.
¿Somos conscientes del peligro con el que jugamos al adoptar cierto tipo de materiales?
A nivel de público en general no, porque confiamos en que los edificios cumplan con las normativas vigentes, que las administraciones velen porque los materiales empleados cumplan con todos los requerimientos posibles, y cuesta entender y asumir que hay muchos riesgos para la salud detrás de materiales totalmente legales y avalados por sellos de calidad. Una vivienda es en general una importante inversión familiar y salvo en cuestiones de pinturas, disolventes o acabados, donde población alérgica y sensible puede verse más afectada, en cuyo caso asumimos como necesaria una mayor ventilación durante su aplicación, se entiende que nuestras viviendas no son espacios peligrososY a nivel técnico, se trabaja con materiales con los que se lleva “toda la vida” trabajando, como hormigones, morteros, pinturas, acero, y no hay una formación previa suficiente que nos haga entender la importancia para el propio funcionamiento del edificio de la física de la construcción, más allá de cumplir las normativas de limitación de la demanda energética o de evitar condensaciones superficiales o intersticiales.
¿Qué es un edificio enfermo?
Un edificio enfermo es todo aquel que hace que sus ocupantes enfermen, en menor o mayor grado. Si entramos en una definición más exhaustiva y técnica, según el Instituto de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT), diríamos que el Síndrome del edificio enfermo (SEE) es el nombre que se da al conjunto de síntomas diversos que presentan, predominantemente, los individuos en estos edificios y que no van en general acompañados de ninguna lesión orgánica o signo físico, diagnosticándose, a menudo, por exclusión.La Organización Mundial de la Salud (OMS) define al Síndrome del Edificio Enfermo como la existencia simultanea de síntomas en un conjunto de personas (15 y 20%) del mismo edificio con manifestaciones generales, en las membranas mucosas y en la piel.De cualquier forma, desde la bioconstrucción los límites marcados son siempre mucho más preventivos, ya que se aplica el principio de precaución y la referencia es la naturaleza, nuestro sincronizador natural. Es decir, que aunque no haya un 20% de los ocupantes del edificio afectados, cualquier factor de riesgo puede afectar a la salud de cualquiera de sus ocupantes y ser una causa de afección o enfermedad emergente directamente vinculada con el espacio (materiales, calidad del aire, electrocontaminación, etc).
¿Un aula como la Kursaal Green Gela puede ayudar a conocer mejor a los edificios y a solucionar sus problemas de eficiencia, sostenibilidad y salud?
Desde luego. Creo que la Kursaal Green Gela es una excelente iniciativa para mostrar de una manera visual, práctica y didáctica soluciones y detalles constructivos necesarios bajo las nuevas directivas de eficiencia y rehabilitación energética, pero también para entender algunos de los principios de influencia a la salud de materiales y/o dispositivos de nuestras viviendas y valorar su influencia real. Es una muestra representativa, que espero sirva para acercar la salud y la eficiencia tanto al público en general, al futuro habitante de una vivienda concreta, al técnico que proyecta o al técnico que regula desde la administración, o al propio distribuidor de materiales. Porque salud y eficiencia no es una mera comparación de precios o de conductividades térmicas de los materiales, y hace falta un análisis exhaustivo de qué se utiliza y de qué manera se utiliza para garantizar su óptimo funcionamiento bajo una perspectiva global. Porque no tiene sentido la eficiencia sin la salud. Y porque no hay salud si no hay sostenibilidad. Y no hay sostenibilidad, si no hay eficiencia y salud.